ORGANIZACIÓN POLÍTICA
Autora: Virginia Padrón González
Al comienzo,
todas las islas empezaron divididas en tribus y clanes, pero según avanzaba el
tiempo, se fue imponiendo a través de la lucha, una tribu sobre otra, dando
lugar a la monarquía. Esta era hereditaria y estaba formada por consejeros.
En ciertas
islas, era un solo rey quien dominaba, pero con el tiempo, repartía su dominio
entre sus herederos, dando lugar a diferentes reinos.
Al comienzo, todas las islas empezaron divididas en tribus y clanes, pero según avanzaba el tiempo, se fue imponiendo a través de la lucha, una tribu sobre otra, dando lugar a la monarquía. Esta era hereditaria y estaba formada por consejeros.
LOS REINOS
En cada una
de las islas, los reinos existentes eran:
- Lanzarote y el Hierro: un solo reino.
- Fuerteventura: dos reinos.
- La Gomera: al principio uno, y luego cuatro.
- Tenerife: nueve.
- Gran Canaria: diez.
- La Palma: once.
Si
observamos, el número de reinos en cada isla, podemos garantizar la relación
existente entre riqueza y división de reino. Pues, Lanzarote, el Hierro y
Fuerteventura son las islas más pobres y menos divididas. Sin embargo, la
Gomera, supone un término medio entre ambos aspectos. Y por último se encuentra
Tenerife, Gran Canaria y La Palma, que
son las más divididas y las más ricas.
LAS JERARQUÍAS
El rey
gobernaba en cada reino asesorado por sus consejeros. En cada una de las islas,
al rey se le asigna un nombre característico. En este caso, en la isla de
Tenerife se le conoce con el nombre de Mencey. Término el cual tiene relación
con la palabra Mencad, del latín “Imperator”.
En el caso
de Gran Canaria, se le asigna el nombre de Guanarteme, que quiere decir “El
hijo de Artemi” (Guan, “este de”; Arteme, “Artemi”).
También los
consejeros reciben nombres característicos en cada una de las islas. En el caso
de Gran Canaria, recibían el nombre de Guaires, y eran seis en los que en cada reino
ayudaban al guanarteme. Sin embargo, en Tenerife, eran conocidos como Sigoñe.
Gran
Canaria, también contaba con la presencia de sacerdotes, conocidos como
faicanes; y jueces, conocidos como fayacanes.
EL SABOR
Este nombre
es lo que hace referencia al Consejo militar en la isla de Gran Canaria. En
este consejo, se deliberaban diversas cuestiones de la época, relacionadas con
pastos, problemas de los súbditos, conflictos entre ambos reinos, situaciones
de peligro por gente que recalaba en las costas, etc.
DISTINCIÓN REAL
En Tenerife
y Gran Canaria, cuando el mecey o guanarteme salía, le acompañaba una escolta,
precedida por un capitán con la añepa en alto. A su presencia se arrodillaban
todos besándole el tamarco y limpiándole los pies, en señal de veneración.
Una de las
salidas más importantes de los menceyes en Tenerife, era su traslado en verano a las Cañadas del Teide. Lugar donde
el cual tenían su otra residencia.
JURAMENTO
“Agoñe
Yacoron Yñatzahaña Chacoñamet” “Juro por el hueso de aquél, que me hice grande”.
Estas eran
las palabras rituales con el que se juraba un nuevo mencey en Tenerife, besando
un hueso de un antepasado que conservaban forrado en piel. Posteriormente se lo
daba a besar a los ancianos y nobles que volvían a repetir la misma frase
ritual.
Esta
ceremonia se celebraba en el tagoror*, enramado de flores y hojas de palmeras.
Solía acudir todo el pueblo y el pariente más anciano del nuevo monarca era
quien daba comienzo al rito, mostrándole el hueso de su antepasado. Una vez
acabada la ceremonia, se celebrara un convite de danzas y concursos deportivos.
*Tagoror:
estructura de forma circular con grandes piedras en donde se realizan las
asambleas y ceremonias.
SUCESIÓN
En el caso
de la isla de Tenerife, el modo de suceder de los reyes, no era de padres a
hijo, sino que si el rey tenía hermanos, aunque tuviese hijos, quien heredaba
no eran sus hijos sino el hermano mayor.
En la
Gomera, la sucesión era matrilineal, es decir, al rey le sucedían los hijos de
su hermana. Esto era debido a la influencia social de la mujer y al hecho de
que no existía un matrimonio constituido, pues se estaba seguro de los hijos de
la madre pero no del padre.
En Gran
Canaria, no se trata de una sucesión hereditaria, pues Doramas fue proclamado
guanarteme a la muerte del rey de Telde. Aunque más que un guanarteme,
desempeña el papel de caudillo en el estado de guerra que tenía su isla contra
los conquistadores españoles.
LAS LEYES
En cada una
de las islas hay diferentes formas de administrar la justicia.
En
Fuerteventura se llevaba por ejemplo al homicida a la orilla del mar y se le ponía
la cabeza sobre una laja, machacándola con otra piedra redonda hasta soltar los
sesos. Toda la familia del delincuente
quedaba infame en la isla. Este delito, se condenaba sobre todo cuando se
realizaba con traición.
En el
Hierro, se saca un ojo al ladrón en el primer hurto, y en el segundo el otro.
En La Palma,
no era mal visto el robo, pues se consideraba como una habilidad.
En Gran
Canaria, se condenaba tanto el homicidio como el robo. Existían cárceles públicas
y se condenaba a muerte al que mataba.
En Tenerife había
justicia para condenar el robo, el asesinato y la falta de respeto a una mujer,
pero no existía la pena de muerte. Se le tenía horror a la sangre, y por eso,
uno de los castigos para los españoles apresados, era ponerlos como carniceros
de cabras en señal de desprecio. Al homicida se le solía castigar privándole de
su ganado, para indemnizar a los familiares de la víctima, y desterrándolo. Por
otros delitos, se castigaba en el mismo tagoror, en presencia del mencey. El delincuente
se tendía en el suelo y otro le apropinaba un cierto número de golpes con el
bastón del propio mencey, como señal de poder real. Luego el mencey ordenaba
que le curasen las heridas. La legislación era severa por la falta de respeto o
decoro hacia la mujer. Si se encontraba
una mujer en el camino o en otro lugar solitario, estaba completamente
prohibido abordarla, hablar con ella o mirarla descaradamente sin que ella lo
permitiera.
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